viernes, 8 de junio de 2007

La Piscina (articulo de Jose Antonio Labordeta)

Cuelgo este articulo de J.A. labordeta que aparte de ser muy ingenioso, es bastante grafico con lo que estaba pasando con "la tregua de ETa". Disfrutadlo.


"Don ZP se puso su bañador y de un modo deportivo se lanzó a las aguas turbulentas de aquella piscina en la que tiburones fascistoides de todas las calañas-derechas, radicales, abertzales y de mala leche- lo esperaban.

Se oyó el zambullido y los del Grupo Mixto del Congreso, que somos desconfiados y perplejos siempre, preguntábamos a los del PNV:
-¿Había agua en la piscina?

Ellos, con el estoicismo que caracteriza a los democristianos y mas si son nacionalistas, nos respondían.
-Es posible que si, es posible que no.

Y con la duda intentábamos, aupándonos por encima de la alta tapia de La Moncloa, ver que pasaba al otro lado con la piscina. Y como de piscinas entendía mucho el diputado de Esquerra señor Puig, fuimos a él y con el descaro de los partidos minoritarios le hacíamos la misma pregunta y contestaba:
-Por el ruido que hacen el agua y el PP parece que sí que hay líquido elemento aunque los tiburones radicales intentan morder en la yugular de José Blanco.
-¿Por qué?
-Se supone que porque no es muy agraciado.

Y con ese run run diario, semanal y mensual fuimos intentando hacernos a la idea de que el señor ZP se había lanzado a la piscina sabiendo nadar, como él sabe, y entendiendo que en las aguas turbulentas del cuadrilátero iba a sudar tinta china y de las otras.

En navidades estalló Barajas y ya no pudiendo aguantar mas, saltamos la tapia apoyados en la poderosa estructura corpórea del diputado señor Tardá y confabulando la estatura de Llamazares, casi tan diminuto con la pequeña Begoña Lesagabaster. Los perros de presa no ladraron porque olieron a diputado y para ellos ese olor era cotidiano aunque fuese del PP o de Coalición Canaria siempre sabe a mojo picón. Nos arrastramos por los lineros. Desconcertamos a López Garrido y huimos por entre los árboles de la vice.

Por fin llegamos a la piscina: No había mas de dos dedos de agua y la hostia que se había dado nuestro presi se marcaba en el cemento a punto de fraguar: no había nada. Solo buena voluntad para tener a un lado y a otro radicales acostumbrados a mandar, unos con las pistolas y otros con el capital, la iglesia y el espíritu de Cascorro si hiciese falta.

Desconsolados volvimos al Hemiciclo y cuando les explicamos a los del PNV lo que había, uno de ellos nos contestó:

-Ya se sabía.

Naturalmente era de Bilbao."

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