miércoles, 1 de septiembre de 2010

Pasarse la legalidad y los derechos por el forro Ecuatorial

El pasado 21 de Agosto en Guinea Ecuatorial , 4 personas, José Abeso Nsue, Manuel Ndong Anseme, Alipio Ndong Asumu y Jacinto Michá Obiang fueron condenados a muerte en un juicio sin ninguna garantia procesal y ejecutados al parecer, cuando no había transcurrido ni una hora de dictarse la sentencia.. La razón de tanta premura en la ejecución (sin dar tiempo ni al recurso) , según el presidente del país, Teodoro Obiang Ngema, es "fueron ejecutados inmediatamente debido al inminente peligro que suponen contra mí, contra mi familia y contra mi Gobierno".

Según los informes disponibles, José Abeso Nsue solicitó ver a su familia antes de ser ejecutado. Un militar fue a buscar a su esposa y a uno de sus hijos. Sin embargo, cuando llegaron a la cárcel de Black Beach, en Malabo, donde los cuatro habían sido recluidos, comunicaron a la familiar que ya no era posible verlo, pues se había hecho muy tarde. El cadáver no le fue entregado a la familia. Los cuerpos sin vida de los cuatro hombres fueron enterrados en el cementerio de Malabo en torno a la medianoche del mismo día.

Los cuatro ex oficiales del ejército José Abeso Nsue, Manuel Ndong Anseme, Alipio Ndong Asumu y Jacinto Michá Obiang habían sido secuestrados (¡¡Viva el Derecho Internacional!!) en enero de 2010 en Benín, donde se encontraban en calidad de refugiados. Desde que fueron secuestrados, fueron sometidos a torturas para arrancarles confesiones. Precisamente con esas confesiones se procedió a instruir una causa usando ilegalmente la jurisdicción militar, y digo ilegalmente, porque el Consejo de Guerra solo está contemplado en tiempos de guerra y para los militares que hubieran violado el código de justicia militar. Utilizar el Consejo de Guerra contra unos detenidos para casos contemplados en el código penal ordinario y en tiempos de paz, es a todas luces ilegal porque viola el principio de unidad jurisdiccional.

Los informes de Anmistia Internacional indican que fueron sometidos a torturas para obligarlos a confesar. Las autoridades de Guinea Ecuatorial tampoco confirmaron en ningún momento tener a los detenidos-secuestrados bajo su custodia (aparecieron por obra del Espiritu Santo en una celda de una carcel de Malabo el 14 de Agosto del 2010) . No se hizo una acusación formal ni los secuestrados, convertidos en reos, tuvieron asistencia letrada en los 7 meses transcurridos desde que fueron secuestrados (o conviviendo con el Espiritu Santo) y llevados a Guinea hasta que se inició el juicio militar.

Fueron sometidos a Consejo de Guerra en Malabo entre el 14 y el 16 de agosto. Entre esos días, el día 15 de agosto de 2010, se filtró que los secuestrados habían sido llevados a un Consejo de Guerra, y por ello el abogado Fabián Nsue, intentó asumir sin éxito, la defensa de los secuestrados. El 21 de agosto los declararon culpables de ser autores de los delitos de "Atentado contra el Jefe del Estado, Forma de Gobierno, Terrorismo y Alta Traición" supuestamente por participar el 17 de febrero de 2009 en el asalto del palacio presidencial de Malabo (¡Ya me gustaria a mí saber quién hay detrás del asalto!), y por ello condenados a la pena capital. Para colmos de los colmos, cuando se dictó sentencia, los acusados no se encontraban presentes en la sala.

La ejecución, media hora después de su sentencia, les negó su derecho a recurrir la declaración de culpabilidad y la condena conforme a lo que disponen las normas internacionales de derechos humanos, privándoles, asimismo, de su derecho a solicitar el indulto o la conmutación de la pena. Tampoco ayudaba, en el caso de ser culpables, a explicar quien les había encargado el trabajito.

Si la pena de muerte es una barbaridad en cualquier supuesto, lo es todavia más cuando te encuentras con casos como éste, donde precisamente quién dice "hacer justicia" se pasa por el forro todas las legalidades y garantias habidas y por haber.

Si os preguntais por qué ocurre esto en Guinea Ecuatorial, la explicación es bien sencilla. Hay un señor, Teodoro Obiang Ngema, que es un dictador desde hace muchos años apoyado por los paises occidentales y por esta razón hace lo que le da la gana en su país. La dictadura de actual de Obiang es la continuación de la dictadura de su tio Macias que diezmó literalmente a la población y que seguramente será continuada por su hijo Teodoro. La impunidad actual de este señor se debe a que se han descubierto unas formidables reservas energéticas y nadie quiere enemistarse con el dictador actual, no vaya a ser que se que pierda algún suculoso contrato. Mientras tanto la población guineana no conoce otro régimen que el de la familia Nguema, en cualquiera de las modalidades de su rama genealogica desde 1968 que inició su andadura como pais independiente.

España, la antigua metropoli también ha sido en parte responsable del levantamiento del cerco diplomático a la dictadura guineana, tímidamente durante los Gobiernos de Aznar y de manera abierta con los de Zapatero, que, entre otros gestos, promovieron una visita bilateral del dictador Obiang. Las empresas energeticas españolas y de todo el mundo, como Exxon Mobil, Chevron Texaco y Triyo Energy han hecho el resto. Así en Guinea Ecuatorial se han denunciado las desapariciones de activistas, la tortura, la falta de libertad de prensa, la falta de garantías jurídicas reales, la manipulación de los procesos electorales y el extremadamente desigual reparto de la riqueza del país.

Por cierto, y para que veais que poder tienen ¿alguien antes de leer este blog había visto, oido o leido en algun medio de comunicación público o privado algo sobre estos hechos? (salvo la denuncia de Anmistia Internacional)


Lo dicho, la democracia corre peligro en Guinea (por inexistente) y en España (por aburrimiento)

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